Realizando pequeños cambios conductuales, estará en nuestra mano (y en nuestro corazón) reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), que a su vez estima que un 85% de estas muertes (casi 18 millones) fueron debidas a infartos y accidentes cerebrovasculares.
Un problema global del que debemos empezar a tomar conciencia, pues no nos asusta tanto como otro tipo de enfermedades más temidas, como puede ser el cáncer (que en España se sitúa en la segunda posición, según el Instituto Español de Estadística). Es por ello que toda prevención es poca, sobre todo si tenemos en cuenta que a partir de los 40 o 45 años en los hombres y de los 55 años en las mujeres el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aumenta.
Varios son los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca. “Fumar, la hipertensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia”, confirma la doctora Esther Merino, responsable de la sección de Prevención de Enfermedad Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca del servicio de Cardiología de Olympia Quirónsalud. “Otros factores a tener muy en cuenta serían el sobrepeso, la falta de ejercicio físico, el estrés y los antecedentes de enfermedad cardiovascular a edad temprana en familiares cercanos.
Por último, hay factores propios del género femenino, como los trastornos asociados a los embarazos (hipertensión o diabetes gestacional, parto prematuro), ovario poliquístico o menopausia precoz (antes de los 40 años)”. Es decir, algunos de ellos no son controlables, pero otros sí, razón por la cual deberíamos prestarles más atención.
Cómo reducir el riesgo de enfermedad cardiaca
En lo que respecta a la edad y al género, obviamente no podemos hacer nada, pero sí que está en nuestras manos realizar cambios en nuestro estilo de vida para reducir el riesgo de enfermedad cardiaca. Más incluso si tenemos en cuenta que ya existen estudios nutrigenómicos que están empezando a demostrar la interrelación entre el genoma y la dieta para mejorar la prevención y el tratamiento de los trastornos cardiovasculares. Los factores ambientales influyen más de lo que pensamos en nuestra salud; el determinismo genético no siempre tiene la última palabra.
“Es aconsejable no fumar, seguir una dieta mediterránea moderando o evitando el consumo de alcohol, hacer deporte, mantener a raya nuestro peso y niveles de estrés. Además, debemos medirnos esporádicamente la tensión arterial y nuestros niveles de colesterol y glucosa con una analítica al menos anual”, recomienda de manera genérica la especialista.
Consejos básicos para prevenir enfermedades de corazón
–Realizar ejercicio físico de manera regular: Esther Merino nos aconseja practicar un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos semanales, si la actividad física es de intensidad vigorosa. “También es recomendable hacer una o dos sesiones semanales de entrenamiento de fuerza. El tipo de deporte debe ser el que nos guste para que sea una actividad que mantengamos en el tiempo”.
-Llevar una dieta sana: El tipo de alimentación influirá en el resto de factores de riesgo, “pudiendo hacer desaparecer por ejemplo la hipercolesterolemia o una diabetes incipiente o ayudarnos a mantener el peso adecuado y una tensión arterial normal”, asegura la responsable de la sección de Prevención de Enfermedad Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca del servicio de Cardiología de Olympia Quirónsalud. La propia OMS es más concisa: nos invita a reducir la sal en las comidas y a aumentar el consumo de frutas y verduras.
–Mantener a raya el estrés: “El estrés tiene un claro efecto físico: sube las pulsaciones, eleva la tensión arterialy tiene un impacto negativo en el sueño”, nos recuerda la doctora. Para controlarlo, además de practicar deporte, es recomendable escuchar música, concentrarse en algo tranquilo o realizar meditaciones. “Cuando el estrés se convierte en un problema, hay que combatirlo con técnicas de relajación y ayuda psicológica”.
–Dormir lo suficiente: Merino se hace eco de un reciente estudio en el que participa el doctor Valentin Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), y que señala que las personas que duermen menos de seis horas por la noche pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con las que duermen entre siete y ocho horas.
–Dejar de fumar y beber alcohol con moderación: “No hay ninguna duda de que abandonar el hábitode fumar es una de las principales medidas para cuidar nuestra salud y, por último, respecto al alcohol, en líneas generales se recomienda evitar o moderar su consumo a un máximo de dos unidades (una unidad corresponde a una copa de vino o vaso de cerveza) diarias en los hombres o una en las mujeres”, indica la cardióloga.
La importancia de las revisiones médicas
“Debe buscarse consejo médico, idealmente de un cardiólogo especialista en prevención de enfermedad cardiovascular”, exhorta Esther Merino en caso de antecedentes familiares, sobre todo si se han producido infartos en familiares cercanos (padres, hermanos, etc.) y en edades tempranas (por ejemplo, antes de los 55 años en los hombres o de los 65 en las mujeres). “También si se han presentado los factores de riesgo comentados o alguna señal que alerte de alteración vascular incipiente, como es el caso de la aparición de disfunción eréctil en el varón”.
“El reconocimiento médico inicial incluye un examen físico, toma de tensión arterial, analítica completa y electrocardiograma, pudiendo ampliarse, con otros estudios como ecocardiograma, ergometría (prueba de esfuerzo) o estudio de las arterias coronarias”, seña la especialista del innovador Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Enfermedades Cardiovasculares en Olympia, destinado a cuidar la salud antes de que la enfermedad aparezca y llevar el bienestar y el fortalecimiento cardiaco a los pacientes con y sin enfermedad cardiovascular.
¿Y qué ofrece este novedoso espacio? Un equipo médico multidisciplinar centrado en la cardiología y medicina del deporte –formado también por facultativos de medicina vascular, neumología, genética, neurología, psicología, traumatología, medicina del sueño, medicina integral y nutrición, entre otros–; equipos médicos dotados con la tecnología más avanzada (ecocardiografía 3D, examen de biomarcadores de riesgo cardiovascular, etc.) y servicios innovadores basados en la cardiología predictiva (prevención y rehabilitación personalizadas) y en la cardiología del deporte (para deportistas amateur y de élite).