El síncope es una entidad que aproximadamente afectará al 25% de la población a lo largo de su vida causado por arritmias cardiacas. «Una correcta valoración y monitorización de estos pacientes es fundamental para aclarar las posibles causas y sus tratamientos», explica el doctor Andreu Porta, junto con el doctor José Ángel Cabrera.
En el caso de la fibrilación auricular, las guías 2018 del American College of Chest Physicians enfatizan en la clasificación CHA2DS2-VASC, además de una valoración cautelosa del riesgo de sangrado que debe ser medido con la clasificación HAS-BLED. «Existe poca evidencia a favor del uso de antiagregantes como aspirina para la prevención del ictus en los pacientes con fibrilación auricular. Frecuentemente se recomienda el uso de anticoagulantes de acción directa, que requieren menor monitorización que el Sintrom y tienen un buen perfil de seguridad por ejemplo en pacientes con antecedentes de sangrados previos».
La fibrilación auricular puede ser causa de ictus. El tratamiento de esta patología también ha evolucionado: «Las guías de 2018 de la American Stroke Association han marcado un cambio importante después de la publicación de los estudio DEFUSE-3 y DAWN. Se ha ampliado el tiempo de posible tratamiento con cateterismo terapéutico en ictus tromboembólico que pasa de las 6 a las 24 horas en casos seleccionados. Además, se han reducido las contraindicaciones al tratamiento con reperfusión farmacológica con tPA (fibrinólisis). En definitiva: mayores posibilidades terapéuticas no invasivas en los pacientes que sufren ictus tromboembólico», en caso de ictus agudo, el tiempo es cerebro.