A todo aquel paciente que haya sufrido un evento cardiaco, especialmente coronario, o que padezca cualquier cardiopatía asintomática, se le deberá valorar el riesgo relacionado con el ejercicio y ofrecer un programa de Rehabilitación Cardiaca (Sociedad Europea de Cardiología, 2003).
¿Qué es un programa de rehabilitación cardiaca?
La rehabilitación cardiaca consiste en programas de ejercicio físico y educativos, individualizados y supervisados por profesionales, con el objetivo de ayudar a los pacientes a recuperarse de un infarto agudo de miocardio, otras enfermedades cardiovasculares o tras una cirugía cardiaca.
Los objetivos de un programa de rehabilitación cardiaca son ayudar al paciente a recuperar fuerza y resistencia y por tanto capacidad funcional, mejorar su salud, disminuir los síntomas, prevenir el empeoramiento de su enfermedad y reducir el riesgo de tener problemas de corazón en el futuro.
¿Quién puede beneficiarse de un programa de rehabilitación cardiaca?
Todos aquellos pacientes de cualquier edad que padezcan o hayan padecido:
- Angina o isquemia silente
- Infarto agudo de miocardio
- Cirugía cardiaca de revascularización, angioplastia o colocación de stent
- Cirugía de reparación o sustitución valvular
- Insuficiencia cardiaca
- Enfermedad valvular
- Miocardiopatías
- Enfermedad arterial periférica
- Cardiopatías congénitas
- Fibrilación auricular
- Portadores de marcapasos o desfibriladores implantables
- Múltiples factores de riesgo (hipertensión arterial, dislipemia, diabetes, tabaquismo)
- Trasplante cardiaco
Algunos ejercicios de movilidad pueden incluso empezar a realizarse cuando el paciente aún está ingresado, tras sufrir un evento coronario o cirugía cardiaca.
La duración de la primera fase de rehabilitación ambulatoria debe ser de un mínimo de 8 semanas. El programa comienza con una valoración inicial de la cardiopatía, la capacidad funcional y el riesgo del paciente. Esta valoración permite no sólo diseñar un programa individualizado, sino también fijar unos objetivos realistas.
En algunas de las sesiones, sobre todo en la primera fase y en pacientes de mayor riesgo, los pacientes están monitorizados (frecuencia cardiaca, electrocardiograma y tensión arterial) durante el ejercicio. En las 3 sesiones semanales, los pacientes realizan tras el obligado calentamiento, ejercicios dirigidos a mejorar la capacidad de resistencia cardiovascular (bicicleta, cinta rodante, etc.), la fuerza (pesas, gomas elásticas, etc.) y la flexibilidad.
Los pacientes reciben además consejos y educación sobre su enfermedad y hábitos de vida saludables, incluyendo consejos nutricionales.
Al final del programa, se repiten las pruebas de valoración con el fin de objetivar las mejoras en la capacidad funcional y clínica de los pacientes.
¿Cuáles son los beneficios de un programa de rehabilitación cardiaca?
El ejercicio físico es una potente arma terapéutica que permite al paciente ganar fuerza y energía, mejorar su capacidad de trabajo y confianza, tanto en su actividad laboral como para sus actividades de la vida diaria, y disminuir el riesgo de padecer nuevos problemas cardiacos en el futuro:
- Mayor tolerancia al ejercicio,
- Mejor control de los síntomas,
- Mejora en el perfil lipídico,
- Disminución de peso y valores de tensión arterial,
- Favorece el abandono del tabaquismo,
- Disminución del estrés y mejora en el estado de ánimo,
- Facilita la reincorporación a la vida laboral,
- Disminución significativa de la mortalidad.